miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Qué es la resiliencia?


La resiliencia se entiende como la capacidad de un individuo de hacer frente a las adversidades y factores estresantes de la vida, en donde a pesar de correr un riesgo, existe la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión, más allá de la resistencia es la capacidad de adaptarse al medio en las circunstancias difíciles, inclusive en las más traumáticas de la vida.

En otras palabras la resiliencia es ser capaz de tener un desarrollo exitoso a pesar de las circunstancias muy adversas de la vida (muerte de los padres, guerras, graves traumas, etc.)

Se dice que la resiliencia no es una virtud heredada o innata, se ha descrito más bien como una habilidad para exitosamente enfrentar el estrés y los eventos adversos que proceden de la interacción de diferentes elementos de la vida cuando se está en la niñez como por ejemplo: el temperamento biológico y las características internas, especialmente la inteligencia, el locus de control interno o el locus de dominio, a familia y el ambiente de la comunidad en la que se vive, especialmente la relación con la crianza y las cualidades de apoyo que están presentes; y el número, la duración, intensidad de las circunstancias estresantes o adversas por las que se ha pasado, especialmente a temprana edad.

La definición más acertada de resiliencia es la de Garmezy (1991) que la define como: “la capacidad para recuperarse y mantener una conducta adaptativa después del abandono o la incapacidad inicial al iniciarse un evento estresante.” También este autor nos dice que la resiliencia no se trata de un tipo de invulnerabilidad al estrés sino más bien a la habilidad de recuperarse de eventos negativos.  

Características de una persona resilente

Entre ellas encontramos:
-Capacidad exitosa en un ambiente cambiante
-Carácter de dureza e invulnerabilidad
-Dinamismo entre la interacción de factores de riesgo y protección, que actúan para modificar los efectos adversos de un evento.
-Autonomía, autoestima adecuada
-Compromiso con la vida
-Control (de sus sentimientos, o influencia personal en los acontecimientos experimentados)
-Se propone desafíos (creencia de que es el cambio y no la estabilidad que da el éxito, característica importante y necesaria en la vida)

Todo lleva a que si se produce un acontecimiento estresante, la persona tiene estrategias para amortiguarlo y no verlo solo en un sentido negativo.

La resiliencia debe verse como un proceso en el que interviene distintos factores no solo implicando la personalidad del individuo, sino que además se toma en cuenta las cualidades, la sociabilidad, los recursos de apoyo y los mecanismos protectores que se tengan en el entorno.

La resiliencia no es absoluta o estática, se puede aprender y practicar, solo hay que cambiar las percepciones y pensamientos; y apoyarnos en las experiencias pasadas y presentes para generar estrategias de afrontamiento ante nuevos desafíos o adversidades, también es indispensable considerar un proceso terapéutico para sanar heridas o eventos estresantes que no nos permiten el desarrollo, y principalmente encontrarle un sentido a todo lo hacemos y comprometerse con la vida.

“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.” Víctor Frankl.

Referencia bibliográfica:
Revista de Psicopatología y Psicología clínica, 2006. Vol. 11 (3), 125-146.

Licda. María Fernanda Prado Ocampo.
Psicóloga.
nanared10@gmail.com

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