miércoles, 8 de octubre de 2014

¿Qué es el trastorno de despersonalización?


Se dice que es la vivencia de extrañeza o distanciamiento en referencia a uno mismo. La persona se siente observador de sus procesos mentales, del propio cuerpo o de una parte de él, se describe como una sensación de estar muerto o vacío, como viviendo en un sueño o en una película, ser un autómata. Se trata entonces de una vivencia egodistónica.

El término "despersonalización crónica" se refiere al desorden de despersonalización, el cual es clasificado en el DSM V como un trastorno disociativo. Este es un trastorno muy difícil de describir por los pacientes, incluso por los clínicos y profesionales en trastornos mentales, en donde la desrealización es una de las manifestaciones clave para determinar la naturaleza del mismo. Los pacientes para este fenómeno suelen usar metáforas, dicen sentirse “como en un sueño”, “embotados”, “como bajo efectos de las drogas”, también dicen “estar en una niebla” e incluso “una barrera que los separa del mundo exterior”.

Esta incapacidad para describir el síntoma es relevante para determinarlo y diferenciarlo de otros trastornos neuróticos como la hipocondría, trastornos conversivos, entre otros. Mayer Gross psicopatólogo alemán refiere que esta dificultad para describir este fenómeno indica un origen neurobiológico, en donde el habla es incapaz de tramitar un evento de la conciencia.

Algunos de los síntomas presentados en este fenómeno son la anestesia sensorial, ausencia de respuesta afectiva, alteraciones de la memoria y sensación de pérdida del control del propio cuerpo y de los propios actos incluyendo el habla. La clave para determinar si se vivencia un trastorno de despersonalización es el sentido de la realidad e introspección, en donde este se encuentra intacto, en ningún momento es vivida como algo ajeno o impuesto. Por lo que lo diferencia de los tratarnos psicóticos, como la esquizofrenia.

La desrealización como síntoma principal, es la sensación de que el mundo es extraño o irreal. La persona pude incluso percibir una alteración extraña de la forma y tamaño de las cosas. y las otras personas pueden parecerle no familiares o inanimadas. Asimismo puede tener la sensación de que sus extremidades son más grandes o más pequeñas de lo que son en realidad. Otros rasgos asociados son los síntomas de ansiedad, depresión, pensamientos obsesivos, rituales, preocupaciones somáticas, experiencias autoscópicas (experiencia en la que el individuo, mientras cree estar despierto, ve su propio cuerpo desde una perspectiva fuera de su cuerpo) y la alteración subjetiva del espacio y del paso del tiempo.

Las causas son desconocidas, existen hipótesis de que el trastorno está relacionado con una respuesta neurobiológica, en donde el organismo se activa ante situaciones de miedo o ansiedad, y utiliza este fenómeno como método de sobrevivencia en donde las respuestas emocionales se inhiben para mantener un sistema de alerta activo y poder recurrir a la información necesaria en nuestro cerebro. También involucra una acción inhibitoria en el procesamiento de estímulos emocionales percibidos como aversivos o amenazantes, modulando el umbral amenazador evocando así el estado de despersonalización.

Por otro lado se dice que el abuso emocional en la niñez predecía un trastorno de despersonalización en la edad adulta. Además cuadros agudos de ansiedad y altos niveles de depresión están íntimamente relacionados con la vivencia de este fenómeno.

Aunque se pueden observar casos infantiles, el trastorno de despersonalización como tal suele aparecer en la adolescencia o a principios de la edad adulta y raramente se inicia después de los 40 años. El inicio puede ser agudo o insidioso y el curso acostumbra a ser crónico, normalmente continuo, pero también en forma de episodios casi siempre relacionados con factores estresantes. Aunque estas sensaciones pueden ocurrirle a cualquiera, son más prominentes en desórdenes de ansiedad, depresión clínica, trastorno bipolar, privación de sueño y algunos tipos de epilepsia.

Este trastorno en algunos casos puede ser severo ya que causa descontrol en la vida cotidiana del individuo; cuando es poco frecuente y fugaz, se puede percibir como un fenómeno normal, se describe que un 70% de las personas en general lo ha experimentado y no ha ocasionado deterioro en ningún aspecto de sus vidas. El diagnóstico depende de la severidad y la cronicidad del fenómeno.

La falta de investigación explica la falta de tratamientos para este trastorno, a pesar de esto se existen el manejo de tratamientos farmacológico y psicológico. En psicoterapia se utilizan técnicas conductuales, técnicas de relajación, la biorretroalimentación y la desensibilización sistemática. También se recurre a la autohipnosis como un recurso alterno.

Licda. María Fernanda Prado Ocampo.
Psicóloga.
nanared10@gmail.com

1 comentario:

  1. Muy instructivo.
    Yo sufrí de ese trastorno a los veinte. Y hace meses regresó a los 50
    Por ahora ha vuelto a remitir gracias a relajación y cambio de hábitos alimenticios.
    Gracias. Esta información me será muy útil. Saludos

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