El cuerpo y la mente son partes que están íntimamente
relacionadas, funcionan de manera conjunta y lo que se manifiesta en una es evidente
en la otra, y viceversa. Se ha comprobado en muchos estudios que la actividad física
puede mejorar considerablemente algunos malestares psíquicos y a la vez tener
un papel vital en la prevención de trastornos mentales. El efecto que produce
la actividad física brinda muchos beneficios tanto físicos como también psicológicos,
ya que según expertos los niveles de energía aumentan y hacen que el cerebro
produzca endorfinas, generando sentimientos de placer, la psique responde
estimulando los pensamientos positivos, el bienestar y autoestima.
Por otro lado es importante mencionar la
explicación desde el ámbito psicológico del porqué la actividad física es útil
para desarrollar y mantener la salud mental. Se dice que el ejercicio mejora
las aptitudes produciendo sensaciones de control y maestría, que conducen sentimientos
de bienestar, promueve la meditación, puede además distraer de estímulos
causantes o productores de ansiedad, mejora el autoestima, aumenta el
funcionamiento cognitivo, disminuye y previene síntomas depresivos, la ansiedad
y el estrés.
También se ha incluido dentro de las prácticas
terapéuticas, ya que su implementación ha tenido resultados causales positivos en
la mejora de entorno psico-afectivo y social. Otros beneficios incluyen la
mejora en la autoconfianza y la conciencia, cambios positivos en los estados
emocionales, alivio de la tensión, del síndrome premenstrual, incremento del
bienestar mental, la alerta y claridad de pensamiento, incremento de la energía
y la habilidad para enfrentarse a la vida diaria, mejora las relaciones sexuales,
además incrementa el placer y la diversión a partir de los ejercicios y los
contactos sociales, así como el desarrollo de estrategias de enfrentamiento
positivo.
La existencia entre una relación positiva de
los niveles de actividad física y la salud mental ha llevado a los
profesionales a animar a las personas a realizar de una forma regular algún
tipo de ejercicio, que se ajuste a las necesidades y capacidades individuales
de cada uno.
La motivación es otro factor que interviene
en este proceso lo cual clasifica la actividad física como experiencia social,
como medio de mantener la salud física y mejorar los niveles de habilidades,
como búsqueda de sensaciones positivas, como
método catártico para liberar tensión y emociones reprimidas, y como
experiencia ascética que incentiva la búsqueda de objetivos y metas.
Entonces es relevante ser consientes de que
el sedentarismo y los malos hábitos en general pueden ser autores detonantes de
la enfermedad mental, con el solo hecho de experimentar los múltiples beneficios
de la actividad física se puede prevenir o mejorar las condiciones psíquicas que
generan malestar y problemas en la vida en general.
“El secreto para tener una buena salud es que
es cuerpo se agite y la mente repose.” Vincent Voiture.
Licda. María
Fernanda Prado Ocampo.
Psicóloga.
nanared10@gmail.com
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