El cuerpo es el motor de nuestra existencia física, es lo que presentamos a los demás y con el que nos podemos comunicar y expresar. Con el podemos ser parte de la sociedad de alguna forma, es el que nos pone en contacto con el exterior, ya sea mediante sensaciones, el tacto incluso por medio de la simbología corporal.
Logramos por medio de su composición, su
movimiento, temperatura, y lo más importante con su historia, entender muchas
características, emociones y percepciones de los individuos. El cuerpo refleja
las condiciones psíquicas, especialmente mediante la somatización y las corazas
energéticas. Las anteriores básicamente son la respuesta a muchos de los
malestares físicos de los que se queja un individuo, tratándose de la
transformación inconsciente de una afección psíquica en orgánica, en otras
palabras es la respuesta fisiológica ante un suceso psicológico. Puede verse en
la sintomatología como el dolor, la rigidez, y ciertos problemas orgánicos,
como la contractura muscular, la distención, flacidez, entre otros.
La psicoterapia corporal se basa en trabajar
los problemas psíquicos y emocionales desde la lectura y análisis del cuerpo,
además de movimientos y sesiones cargadas de técnicas que pretenden movilizar
la energía atrapada o acorazada en las zonas afectadas del organismo. Se
pretende que el terapeuta logré que el paciente pueda movilizar esa energía
bloqueada y elimine las corazas corporales. Estas últimas son aquellas zonas
que están afectadas por el bloqueo energético siendo las mismas, producto de la
energía psíquica mal descargada, quedándose como rollos en las zonas
corporales.
Se quiere mediante esta psicoterapia aliviar
las afecciones o síntomas que no tienen motivos físicos aparentes, sino solo su
representación corporal mediante el dolor o la enfermedad. Entonces se crea un
ambiente en donde el paciente pueda conocer su cuerpo y a sí mismo, mediante
las diferentes técnicas conocidas en la psicoterapia corporal, con el fin de
encontrar la liberación de su ser y descargar la energía mal fluida. Se trabaja
con los gestos, la postura, y la condición corporal en general, la memoria del
cuerpo y la representación simbólica que este contiene. La respiración, el
juego de sensaciones, la creatividad y expresión emocional son algunos de los
resultados que se pretenden conseguir mediante la exploración corporal y
psíquica del individuo.
Esta técnica nace de la inquietud del médico W. Reich, psicoanalista y al ver
como varios de sus pacientes no mostraban mejoría en sus malestares se
cuestionó:
"...El paciente poseía una tendencia terrible a esconderse de sí
mismo, o por decirlo de otra manera, las barreras psicológicas del paciente
tendían a perpetuarse inconscientemente. En cierto modo, las personas tenían
miedo a romper sus bloqueos; eran incapaces de sentir el placer de la
distensión, de relajarse, de dejarse llevar."
En realidad “no tenemos un
cuerpo, sino que somos cuerpo y es en este, donde nuestros conflictos y
bloqueos psicológicos van imprimiendo su huella y, poco a poco se va configurando
nuestra coraza muscular en función de nuestras vivencias. Esta coraza de cierta
forma distorsiona el flujo de la energía vital. El terapeuta provoca mediante
ejercicios físicos en sus pacientes el surgimiento de emociones reprimidas
registradas en el cuerpo como tensiones musculares. Se trabaja con las manos
sobre los músculos contraídos, se prescribe posiciones estresantes y
movimientos expresivos a la vez se pide que se abandone a las emociones que
emergen. El objetivo es ayudar al paciente a gozar al máximo de las funciones básicas
del cuerpo: la respiración, movimientos, auto expresión, sexualidad,
sentimientos y emociones.” A. Nuñez
Licda. María Fernanda Prado Ocampo.
Psicóloga.
nanared10@gmail.com
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